El Petro: minando el futuro de Venezuela
María Luisa Martens
Departamento de Medición y Evaluación
Escuela de Educación-Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela
Las criptomonedas son monedas digitales (que
no tienen ningún equivalente en el mundo físico, como la moneda metálica, el
billete o el cheque) que están basadas en un protocolo informático de código
abierto (que cualquier programador puede conocer), que no dependen de la emisión
por un ente centralizado (banco central o institución financiera) y su
comercialización puede hacerse por medios electrónicos de persona a persona.
La razón de su atractivo es su naturaleza
descentralizada y autónoma, y para garantizar la confiabilidad de las
transacciones se ha recurrido al encriptamiento de la información (su codificación
para que no pueda ser descifrada por terceros) y la tecnología de los bloques
de cadenas o blockchains (una especie de libro de contabilidad digital
que relata todas las transacciones hechas y asegura que no se pueda falsificar
o vender dos veces un mismo activo). Todo esto de manera distribuida entre
todos los participantes de la red de compra-venta de la criptomoneda.
En este contexto de las criptomonedas, para verificar
una transacción, se debería obtener el bloque de cadenas con toda la
información del movimiento de la moneda. Esto se lograba en un principio porque
los usuarios ponían a disposición de la red la capacidad de cómputo de sus
ordenadores, obteniendo una recompensa por hacerlo. A esta recompensa se le
llamó “Prueba de Trabajo” o Proof of work (PoW). En el caso de Bitcoin,
la primera criptomoneda en desarrollarse, se comenzó con un PoW de 50 bitcoins
por bloque (actualmente Bitcoin paga 12,5 bitcoins y se espera que para el 2021
se reduzca a la mitad). La posibilidad
de poder obtener de esta forma la criptomoneda (utilizando el ordenador) dio origen a lo que
se conoce hoy en día como minería de criptomonedas. Al pasar los años y con el
incremento en el número de usuarios y transacciones, los blockchains se
hicieron cada vez más largos y difíciles de extraer, por lo que se requería de
computadores y aparatos cada vez más sofisticados, caros y especializados
únicamente en obtener los blockchains (y su recompensa en bitcoin).
Estos equipos consumen actualmente una gran cantidad de energía eléctrica y
requieren de un enfriamiento adicional, causando un gran impacto económico y
ambiental (Pérez & Herrera, 2014).
Otra de las maneras de generar criptomonedas
ha sido la desarrollada por la plataforma digital Ethereum, mediante la Oferta
Inicial de Moneda o Initial Coin Offering (ICO). Aquí, una empresa
ofrece una determinada cantidad fija de criptomonedas (llamada token) a
un grupo inicial y reducido de inversores. El token, funciona entonces como un
registro inicial de la moneda. Luego, esta
moneda “preminada” es puesta a la venta al público a un determinado precio y
distribuida mediante la tecnología blockchain de manera controlada. A
diferencia del bitcoin, aquí no se utiliza una “Prueba de Trabajo”, sino una
“Prueba de Participación” o Proof of Stake (PoS), en donde los
propietarios son recompensados de forma progresiva en una especie de lotería
con nuevos tokens del mismo tipo (Preukschat, 2017). En este modelo, los que
tienen más, ganan más y la distribución de los tokens se basa en las
prioridades de los promotores de la ICO, razón por la cual, ha sido vista como
una forma de promocionar estafas y fraudes y ha sido tratada con mucho recelo
por inversionistas y gobiernos. El gobierno de China prohibió formalmente,
declarando ilegal, la recaudación de fondos a través de las ICO y la Comisión
de Valores de los Estados Unidos advierte sobre la necesidad de regular este
tipo de iniciativas (Kelly, Ruwitch & Glenn, 2017).
El Gobierno de
Venezuela ha propuesto recientemente la creación de una criptomoneda llamada
Petro (PTR), basada en la Oferta Inicial de Moneda, a través de la plataforma
Ethereum con el token llamado ERC20 por
cien millones (100.000.000) de Petros (Gobierno de Venezuela, 2018).
Según se explica en su ficha técnica (White paper) se podrá
adquirir el Petro
·
Por medio del canje del token ERC20 de la preventa privada, que se
dará inicio el 20 de febrero de 2018 hasta el 19 de marzo del 2018, colocando treinta
y ocho millones cuatrocientos mil (38.400.000) tokens a sesenta (60) USD.
·
Por la compra en la Oferta Inicial Abierta que se dará inicio el
20 de marzo, con la venta de cuarenta y cuatro millones (44.000.000) de Petros
hasta agotarse los PTR de la emisión inicial.
·
En el mercado secundario una vez terminado el proceso de Oferta Inicial (Gobierno de
Venezuela, 2018).
Según
el White paper, el precio del Petro estará asociado al precio de la
cesta de crudo Venezolano del día anterior. En declaraciones emitidas a la
prensa, el presidente Maduro informó en Diciembre del 2017 que el Petro estaría
respaldado por cinco mil millones (5.000.000.000) de barriles de petróleo del
bloque I Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco y Oro y Diamantes del Arco
Minero, información que estaría avalada por una empresa de consultoría
internacional (BBC, 2017). Sin embargo, esta información no aparece en el White
paper ¿Estrategia de promoción y mercadeo o respaldo real de la criptomoneda?
Así mismo, el White paper infoma que
·
El Petro será
divisible en 100.000.000 de unidades. La unidad mínima de intercambio será
denominada Mene (0,00000001).
·
La compra e intercambio del Petro podrá ser
realizada de persona a persona, de cartera a cartera, en forma segura. Quedando
fuera del alcance de bloqueos o limitaciones arbitrarias de terceros. -a
menos de que se encuentre en posesión de ente centralizado, como puede ser una
casa de intercambio-. (resaltado en negritas en el documento original)
·
Para
intercambiar el Petro a otras monedas se deben utilizar las casas de cambio
autorizadas por el gobierno venezolano, que deberán cobrar obligatoriamente una comisión por las
operaciones de intercambio, cuyas condiciones serán desarrolladas por la
Superintendencia del Criptoactivo, constituyendo el medio idóneo para las actividades comerciales,
industriales y empresariales de comercio internacional.
· La tasa Petro/Bolívar será determinada a través
de un promedio ponderado por el volumen de operaciones de todas las casas de
cambio por una tasa de descuento a la que el estado vende el Petro, que como
mínimo será del 10%.
·
El Petro podrá utilizarse como medio de pago directo
a comercios, restaurantes, empresas de bienes y servicios.
· Se estimulará el pago de compromisos y beneficios
laborales extraordinarios en Petro, así como prestaciones sociales acumuladas,
siempre que cuenten con la aprobación individual expresa del trabajador
beneficiado.
· El diseño de la red incluye la posibilidad de
generar un incentivo por prueba de tenencia (PoS). Dicha característica estará
inhabilitada inicialmente y sólo podrá activarse por iniciativa de la
Superintendencia de la Criptomoneda de Venezuela con la aprobación de los
tenedores de Petro (Gobierno de Venezuela, 2018).
La propuesta en números:
Tal vez Ud.
todavía no haya sacado la cuenta, pero según informa el gobierno, se propone
financiar 100 millones de Petros con 5.000 millones de barriles de petróleo del
subsuelo, es decir que por cada Petro se deberían asignar 50 barriles de
petróleo. Al precio actual de la cesta de crudo Venezolano, el Petro debería
costar unos tres mil (3000) dólares, pero se están ofertando a sesenta (60)
dólares, cincuenta veces menos lo que costaría su valor en petróleo actualmente.
Esto ocurre en un escenario donde Venezuela ha registrado su peor caída en la
producción de petróleo en los últimos 30 años (AFP, 2018), que según el informe
de la OPEP es para el mes de enero del 2018 de un millón seiscientos mil
(1.600.000) barriles de petróleo al día (OPEP, 2018).
Si Venezuela
llegase a producir dos millones (2.000.000) de barriles de petróleo al día,
tardaría casi siete años para extraer el petróleo que está ofreciendo como aval
de la nueva moneda imaginaria. Y todavía se quiere ofrecer oro y diamantes para
impulsar la compra del Petro.
Además, el
presidente Maduro anunció la creación de granjas de minado de todas las
criptomonedas que existen, en especial del Petro, promoviendo la idea de
instalar equipos de minería de criptomonedas en todos los liceos de todos los
estados y municipios del país, actividad que sería manejada por cooperativas
juveniles (Suárez, 2018).
Son
muchas las preguntas y pocas las respuestas con respecto al Petro:
¿En manos de quién estarán los dólares que se
recolecten durante la preventa del Petro?
¿Hay realmente un respaldo en petróleo, oro y
diamantes del Petro o es una estrategia de propaganda y mercadeo?
¿En manos de quién estarán las casas de cambio
autorizadas por el gobierno?
¿A manos de quién irá el dinero obtenido por las
comisiones de intercambio?
¿Cuál es la empresa consultora que está avalando
la ICO del Petro?
¿Puede el venezolano intercambiar Petros a otras
monedas?
¿Por qué se ha promocionado la idea de la minería
de la criptomoneda si el Petro no es “minable” y ni siquiera tendrá el
incentivo de la Prueba de Tenencia?
¿Por qué el gobierno se toma las atribuciones de
generar una moneda que compromete al bolívar sin la participación del Banco
Central de Venezuela y en contra de la legislación de la república?
La idea de
instalar granjas de minería en los liceos y universidades representa un
terrible atentando contra los principios de la educación y de la nación,
fomentando una actividad improductiva y denigrante desde el punto de vista
humano, altamente costosa y
tecnológicamente dependiente desde el punto de vista económico y que consume
una elevada cantidad de energía generando un enorme impacto ambiental sobre
todo el planeta.
Se ve muy
claramente, que la intención en la creación del Petro, no es otra que la de
obtener y movilizar dólares por parte de aquellos funcionarios sancionados a
expensas de la quiebra y minado de lo que queda de la economía venezolana.
Conclusión: mene para los pobres y Petro para los ricos.
12 de Febrero 2018
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