ECONOMÍA POLÍTICA.
EL PETROLEO EN
VENEZUELA. UNA HISTORIA SIN FINAL.
Jorge Martens
C.I. 8.044.841
CSM1.
EL EXCREMENTO DEL DIABLO.
Es la hora de la sobremesa. Ese rato de conversa con los viejos después
del almuerzo y justo antes de tradicional siesta. Hoy, particularmente, las
ganas de hablar pasan más bien por rumiar el enojo y la frustración acumulada
por los golpes que te da el quehacer diario. “Ya nada se consigue”, alcanza a
musitar la viejita mientras sorbe un traguito de café. Su incondicional
condición de mujer revolucionaria, de aquellas mujeres que lucharon en la
guerrilla de los sesenta no le permite culpar abiertamente al gobierno. Alejo,
que ya a sus 23 años es un ingeniero, apunta a la falta de oportunidades para
conseguir un empleo estable y acorde a sus estudios. Otro y otro trago más de
café y la conversación se transforma en un rosario de quejas sobre la situación
económica del país, sus causas y sus culpables. Pasamos de la tesis de la
guerra económica, emprendida por el imperio contra el gobierno, la antítesis de
un gobierno ineficiente y corrupto que destruido el aparato productivo hasta la
síntesis de el acto de mea culpa que dice que somos un pueblo que se embriagó con
la ilusión de tenerlo todo y que todo lo despilfarró. La viejita hace un
silencio y luego, con su voz serena afirma: “lo que ocurre es que el diablo
volcó sobre este país todo su excremento, si, la culpa de lo que vivimos la
tiene el excremento del diablo”.
¿El excremento del diablo? ¿Qué es eso? Preguntó alejo. Bueno, esa es
una historia muy larga. “el excremento del diablo” es una expresión acuñada por
un venezolano ilustre, llamado Juan Pablo Pérez Alfonso, por allá en 1976,
haciendo referencia a la manera de cómo el gobierno estaba despilfarrando los
ingreso producto de la renta petrolera. Todos en Venezuela saben que nuestra
economía depende, casi, absolutamente del petróleo y todos saben que quién se
encarga de todo su proceso es una empresa nacional llamada PDVSA. De que el
pueblo sepa eso con mayor o menor conocimiento se encargó Chávez y es que antes
de que él llegara al poder, si, sabíamos de PDVSA, pero era como un misterio, y
la gente que allí trabajaba parecía alejada de Venezuela, como que vivían en
una caja de cristal. Esa es una historia larga que merece hacer más café. Y
como toda historia, la del petróleo tiene su principio. Pero esta es una
historia que no tiene final.
MENE
Mene es el nombre de una novela escrita por Ramón Díaz Sánchez. En ella Ramón
nos habla de los problemas que se presentaron en el país por la explotación
petrolera. Nos habla de cómo el descubrimiento del trajo como consecuencia un
brusco cambio de grandes transformaciones en la costa oriental del lago de
Maracaibo. La novela cuenta la historia de un hombre de color llamado Teófilo
Aldana, que se enfrentó a los poderosos que habían creado una lista negra donde estaban incluidos todos aquellos
trabajadores que no respetara a extranjeros que habían venido a imponer sus
condiciones de dominación. Era la explotación, no solo la de las riquezas del
subsuelo, sino la explotación de los trabajadores. Mene habla de cómo las
mujeres transforman su conducta, el auge
de la prostitución, la destrucción moral
y espiritual. Relata el éxodo del campo a la ciudad, Los grandes cambios que
produjo la aparición del petróleo en nuestro país, el poder económico, político
y social de los extranjeros en Venezuela.
Pero Mene no es nada más una novela. Mene es real y es el nombre que le
daban los pueblos originarios a ese fluido negro y viscoso que emanaba de la
tierra. Ellos, como a todo lo que les ofrecía la naturaleza, le daban un uso medicinal y también lo utilizaban para
iluminar las noches oscuras y para calafatear sus canoas, aquellas que usaban
para pescar en el lago.
Luego llego el español y a su llegada a finales del siglo XV, aprendieron de los pueblos indígenas el uso
del asfalto presente de manera natural para calafatear los barcos, y para el
tratamiento de sus armas. Y así fue que en 1539 Venezuela, antes de ser
Venezuela, exportó su primer barril de petróleo. Y fue para curar al emperador
Carlos V. esta es la historia de mene, el primer barril de petróleo para un
imperio. ¿Una ironía?
ANTES DE LA ALQUITRANA.
En 1799 Alejandro von Humboldt, en sus innumerables viajes, encontró un
manantial de petróleo en la Península de Araya. Lo miró, lo olió y lo tocó.
Luego siguió viajando. En 1839, casi cien años después de que Humboldt se
encontrara con el petróleo en Araya, Carlos Soublette, quien para entonces era
presidente de Venezuela, le encomienda a José María Vargas para que investigue
sobre eso que los indios llaman mene. Una vez hechas las respectivas
averiguaciones, el ilustre médico opinó que esta materia era más rica que el
oro por la gran posibilidad de uso que tenía. Todavía nadie en el mundo tenía
idea del poder potencial de esta substancia que emanaba del subsuelo.
En 1859, cuando el llamado coronel Edwin Drake, en Titusville, Pensilvania,
perforó un pozo, encontrando petróleo a veinte metros de profundidad, la “fiebre
negra” se desató en Norteamérica. Las perforaciones se multiplicaron como las
ronchas de la viruela, las tierras aumentaron de precio y los campesinos
dejaron de ser campesinos y se hicieron petroleros.
UN TERREMOTO QUE CAMBIO LA
HISTORIA.
Y quién podría creer que por allá, en las lejanas tierras de los andes
venezolanos, la historia de nuestro país iba a cambiar gracias a un terremoto.
No es cuento. A media mañana del 18 de
mayo de 1875, un gran terremoto sacudió las tranquilas tierras del Táchira.
Muchas de las grandes haciendas cafeteras, motor de la economía venezolana,
fueron paradójicamente, devastadas por el movimiento telúrico. También fue el
caso de una hacienda llamada la
Alquitrana, perteneciente a un terrateniente llamado Manuel Antonio Pulido,
quién vio brota petróleo de la tierra del piso del patio de secado del café,
que se había abierto consecuencia de la gran sacudida. A raíz de este hecho
Pulido abandona el cultivo del café, y junto a un grupo de socios forma la
primera empresa petrolera venezolana que se dedicó a explotar industrialmente
al petróleo. A esa empresa la llamaron Petrolia. Más tarde se construyó la primera refinería la
cual se producía mensualmente 60 galones de gasolina, 165 de querosén, 150 de
gas-oil y 220 de residuos. En 1880 los vecinos de Rubio y de San Cristóbal,
animados por la novedad, acuden a la instalación de aquellos extraños equipos
de perforación que habían viajado por barco, barcazas y mulas desde Nueva York
hasta La Alquitrana. Pero no fue sino 3 años más tarde cuando a sesenta metros
de profundidad, el llamado pozo Eureka empezó a producir 230 litros diarios de
un petróleo algo verdoso que sería refinado en un pequeño alambique para
producir querosén y proveer de esta fuente de iluminación a Rubio y San
Cristóbal. Esto da el inicio de explotación petrolera en Venezuela.
ENTRE COMPADRES
A principios del siglo XX, había llegado al poder un Tachirense llamado
Cipriano Castro, conocido con el mote del cabito. Castro aprobó un nuevo Código
de Minas para la Nación el 23 de enero de 1904, estableciendo así un principio
que marcaría dramáticamente el curso de la industria petrolera hasta su
nacionalización en 1976. El presidente de la República obtenía facultad plena
para administrar y otorgar concesiones petroleras sin necesidad del
consentimiento del Congreso. Durante su gobierno, se llegaron a otorgar cuatro
concesiones para explorar, producir y refinar petróleo, las cuales fueron
solicitadas con el evidente propósito de ser negociadas con inversionistas
extranjeros. En 1908, su compadre Juan Vicente Gómez lo reemplazó como
presidente de Venezuela. En los siguientes años, Gómez continuó la política de
otorgamiento de concesiones, que en su mayoría fueron adjudicadas a sus amigos
más cercanos, a sus “compadres” quienes a su vez las renegociaron con las
compañías petroleras extranjeras que poseían la tecnología necesaria para poder
desarrollarlas. Había comenzado el desangramiento de nuestra tierra. . El 15 de
abril de 1914, el primer campo petrolífero venezolano de importancia, Mene
Grande, fue descubierto por la Caribbean Petroleum Company. Este importante
descubrimiento es lo que alentó una ola masiva de las compañías petroleras
extranjeras para "invadir" Venezuela en un intento por conseguir un
pedazo de la torta.
A finales de 1917, las primeras operaciones de refinación se llevaron a
cabo en la refinería de San Lorenzo. Después de unos veinte años desde la
instalación de la primera perforadora de petróleo, Venezuela se había
convertido en el mayor exportador de petróleo del mundo y el segundo mayor
productor de petróleo, después de Estados Unidos. En 1922, Juan Vicente Gómez
permitió a los estadounidenses escribir la ley petrolera de Venezuela. Gracias
a los “compadres” Venezuela no era nuestra.
Para 1929 el petróleo había comenzado a dominar la economía del país. La
producción agrícola comenzó a disminuir drásticamente. La agricultura, que
representaba alrededor de un tercio de la producción económica en la década de
1920, se vio drásticamente reducida a una décima parte. Este repentino aumento
de la producción de petróleo limitó la facultad general de Venezuela para crear
y mantener otras industrias. El gobierno hizo caso omiso a graves problemas
sociales, incluyendo educación, salud e infraestructura. Comenzaba a vivirse la
ilusión del oro negro. Crecía la ciudad y crecían los bolsillos de los
“compadres” pero también crecía la pobreza. Los trabajadores venezolanos eran
desplazados y maltratados por el explotador extranjero a quienes a su vez, la
nueva oligarquía venezolana rendía pleitesía.
TIEMPOS DE MEDINA.
Gómez había muerto y lo sucedió en el poder López Contreras. Para 1941
se convocan elecciones y sale electo Isaías Medina Angarita, un militar
tachirense, que con un poquito de sentido de la dignidad y de patriotismo creó
una ley de hidrocarburos, lo que permitió un ingreso importante al fisco por
concepto de la exportación del petróleo. Pero seguía el oro negro en poder de
las compañías extranjeras.
LA PRIMERA NACIONALIZACIÓN.
Mucho antes de 1976, Venezuela había tomado varias medidas en la
dirección de la nacionalización de su industria petrolera. En 1971 la ley de
reversión se aprobó que se afirmaba que todos los bienes, instalaciones y
equipos pertenecientes a las concesionarias dentro o fuera de las áreas de
concesión revertiría a la nación sin compensación a la expiración de la
concesión. El movimiento hacia el nacionalismo se vivió una vez más bajo el
decreto 832. El Decreto 832 establecía que toda la exploración, producción,
refinación, y programas de ventas de las compañías petroleras tenían que ser
aprobados previamente por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos. Así que para
todos los propósitos prácticos, Venezuela ya estaba en camino a la
nacionalización en 1972.
No se hizo oficial sin embargo, hasta la presidencia de Carlos Andrés
Pérez, cuyo plan económico, "La Gran Venezuela", pidió la
nacionalización de la industria del petróleo y la diversificación de la
economía a través de la sustitución de importaciones. El país oficialmente
nacionalizó su industria petrolera el 1 de enero de 1976, bajo la gestión
ministerial de Valentín Hernández Acosta, y junto con él vino el nacimiento de
Petróleos de Venezuela, PDVSA. Villas y castillos se habían prometido. Pero el
petróleo no se sembró.
Después de la crisis del petróleo de 1973, el breve período de
prosperidad económica de Venezuela fue relativamente de corta duración. Este
fue especialmente el caso durante el exceso de petróleo de 1980. Los países
miembros de la OPEP no se estaban adhiriendo estrictamente a las cuotas
asignadas, y de nuevo se desplomaron los precios del petróleo. Entre 1990 y
1999, la producción industrial de Venezuela se redujo de 50 por ciento a 24 por
ciento del producto interno bruto del país en comparación con una disminución
de 36 por ciento a 29 por ciento para el resto de América Latina .15 En lo alto
de todas estas cuestiones, la eficiencia de PDVSA venía en tela de juicio en
los últimos años. De 1976 a 1992, el monto de los ingresos de PDVSA, que se
destinó a gastos de la empresa fue en promedio del 30 por ciento dejando un
resto de 70 por ciento para el gobierno. De 1993 al 2000, sin embargo, esa
distribución fue casi completamente revertido donde el 64 por ciento de los
ingresos de PDVSA fueron mantenidos por PDVSA dejando solo un resto de tan sólo
el 36 por ciento para el gobierno.
LLEGÓ EL COMANDANTE Y MANDO A
PARAR.
El 13 de noviembre de 2001 se habría una nueva esperanza. Bajo la ley
habilitante, autorizada por la Asamblea Nacional, el presidente Chávez promulgó
la nueva Ley de Hidrocarburos, que entró en vigor en enero de 2002. Entre otras
cosas, la nueva ley prevé que toda la producción de petróleo y las actividades
de distribución debían ser del dominio del Estado venezolano. Esta ley no fue
muy del agrado del conglomerado petrolero internacional que tenía intereses
claves en nuestra tierra y Venezuela entro en una espiral de conflictividad
política que hasta el día de hoy no ha parado. Mucho dinero ha entrado a las
arcas de la nación, pero como la arena entre los dedos, también se ha ido.
EL TIEMPO SIGUE SU CURSO.
Cronos sigue sus pasos constantes hacia un destino infinito. El tiempo
seguirá transcurriendo y podemos imaginarnos un mundo apocalíptico. Un mundo
con una gran sobrepoblación y nada para alimentar a tanta gente. Los recursos
naturales siguen un curso de desaparición. El agua está contaminada y el suelo
también junto al aire que respiramos. El monstro del norte sigue devorando
insaciable y no parece que vaya a detenerse. Los gobiernos seguirán pasando y
seguirán haciendo discursos sobre la siembra del petróleo, y los conflictos en
el mundo por causa de este seguirán mientras no se seque el último pozo desde
donde emana el excremento del diablo.
BIBLIOGRAFÍA.
Geografía Económica de Venezuela, Isbelia Sequera Tamayo. Editorial
Alfa, 1994. 196 p.
Agenda Geográfica de Venezuela, Rosa Figueroa. Editorial Alfa 1995. 93 p.
http://www.venezuelanalysis.com/analysis/74 The Economics, Culture, and Politics
of Oil in Venezuela
http://www.eia.doe.gov/emeu/cabs/Venezuela/Oil.htmlVenezuela Energy,
Data, and Statistics
http://www.cfr.org/publication/12089/ Venezuela"s Oil-Based Economy
http://www.iht.com/articles/2007/01/09/news/venez.phpVenezuela plans to
nationalize two industries
http://www.pdvsa.com/ Petróleos de Venezuela S.A.
http://membres.lycos.fr/cajaeditora/avenezue.html Petróleo en Venezuela
http://money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2006/snapshots/1038.html
Fortune Global 500 - PDVSA
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