martes, 13 de febrero de 2018

EL PETROLEO EN VENEZUELA. UNA HISTORIA SIN FINAL.

ECONOMÍA POLÍTICA.
EL PETROLEO EN VENEZUELA. UNA HISTORIA SIN FINAL.

Jorge Martens
C.I. 8.044.841
CSM1.






EL EXCREMENTO DEL DIABLO.

Es la hora de la sobremesa. Ese rato de conversa con los viejos después del almuerzo y justo antes de tradicional siesta. Hoy, particularmente, las ganas de hablar pasan más bien por rumiar el enojo y la frustración acumulada por los golpes que te da el quehacer diario. “Ya nada se consigue”, alcanza a musitar la viejita mientras sorbe un traguito de café. Su incondicional condición de mujer revolucionaria, de aquellas mujeres que lucharon en la guerrilla de los sesenta no le permite culpar abiertamente al gobierno. Alejo, que ya a sus 23 años es un ingeniero, apunta a la falta de oportunidades para conseguir un empleo estable y acorde a sus estudios. Otro y otro trago más de café y la conversación se transforma en un rosario de quejas sobre la situación económica del país, sus causas y sus culpables. Pasamos de la tesis de la guerra económica, emprendida por el imperio contra el gobierno, la antítesis de un gobierno ineficiente y corrupto que destruido el aparato productivo hasta la síntesis de el acto de mea culpa que dice que somos un pueblo que se embriagó con la ilusión de tenerlo todo y que todo lo despilfarró. La viejita hace un silencio y luego, con su voz serena afirma: “lo que ocurre es que el diablo volcó sobre este país todo su excremento, si, la culpa de lo que vivimos la tiene el excremento del diablo”.

¿El excremento del diablo? ¿Qué es eso? Preguntó alejo. Bueno, esa es una historia muy larga. “el excremento del diablo” es una expresión acuñada por un venezolano ilustre, llamado Juan Pablo Pérez Alfonso, por allá en 1976, haciendo referencia a la manera de cómo el gobierno estaba despilfarrando los ingreso producto de la renta petrolera. Todos en Venezuela saben que nuestra economía depende, casi, absolutamente del petróleo y todos saben que quién se encarga de todo su proceso es una empresa nacional llamada PDVSA. De que el pueblo sepa eso con mayor o menor conocimiento se encargó Chávez y es que antes de que él llegara al poder, si, sabíamos de PDVSA, pero era como un misterio, y la gente que allí trabajaba parecía alejada de Venezuela, como que vivían en una caja de cristal. Esa es una historia larga que merece hacer más café. Y como toda historia, la del petróleo tiene su principio. Pero esta es una historia que no tiene final.

MENE

Mene es el nombre de una novela escrita por Ramón Díaz Sánchez. En ella Ramón nos habla de los problemas que se presentaron en el país por la explotación petrolera. Nos habla de cómo el descubrimiento del trajo como consecuencia un brusco cambio de grandes transformaciones en la costa oriental del lago de Maracaibo. La novela cuenta la historia de un hombre de color llamado Teófilo Aldana, que se enfrentó a los poderosos que habían creado una lista negra  donde estaban incluidos todos aquellos trabajadores que no respetara a extranjeros que habían venido a imponer sus condiciones de dominación. Era la explotación, no solo la de las riquezas del subsuelo, sino la explotación de los trabajadores. Mene habla de cómo las mujeres  transforman su conducta, el auge de la prostitución, la  destrucción moral y espiritual. Relata el éxodo del campo a la ciudad, Los grandes cambios que produjo la aparición del petróleo en nuestro país, el poder económico, político y social de los extranjeros en Venezuela.

Pero Mene no es nada más una novela. Mene es real y es el nombre que le daban los pueblos originarios a ese fluido negro y viscoso que emanaba de la tierra. Ellos, como a todo lo que les ofrecía la naturaleza, le daban  un uso medicinal y también lo utilizaban para iluminar las noches oscuras y para calafatear sus canoas, aquellas que usaban para pescar en el lago.

Luego llego el español y a su llegada a finales del siglo XV,  aprendieron de los pueblos indígenas el uso del asfalto presente de manera natural para calafatear los barcos, y para el tratamiento de sus armas. Y así fue que en 1539 Venezuela, antes de ser Venezuela, exportó su primer barril de petróleo. Y fue para curar al emperador Carlos V. esta es la historia de mene, el primer barril de petróleo para un imperio. ¿Una ironía?

ANTES DE LA ALQUITRANA.

En 1799 Alejandro von Humboldt, en sus innumerables viajes, encontró un manantial de petróleo en la Península de Araya. Lo miró, lo olió y lo tocó. Luego siguió viajando. En 1839, casi cien años después de que Humboldt se encontrara con el petróleo en Araya, Carlos Soublette, quien para entonces era presidente de Venezuela,   le encomienda a José María Vargas para que investigue sobre eso que los indios llaman mene. Una vez hechas las respectivas averiguaciones, el ilustre médico opinó que esta materia era más rica que el oro por la gran posibilidad de uso que tenía. Todavía nadie en el mundo tenía idea del poder potencial de esta substancia que emanaba del subsuelo.

En 1859, cuando el llamado coronel Edwin Drake, en Titusville, Pensilvania, perforó un pozo, encontrando petróleo a veinte metros de profundidad, la “fiebre negra” se desató en Norteamérica. Las perforaciones se multiplicaron como las ronchas de la viruela, las tierras aumentaron de precio y los campesinos dejaron de ser campesinos y se hicieron petroleros.

UN TERREMOTO QUE CAMBIO LA HISTORIA.

Y quién podría creer que por allá, en las lejanas tierras de los andes venezolanos, la historia de nuestro país iba a cambiar gracias a un terremoto. No es cuento.  A media mañana del 18 de mayo de 1875, un gran terremoto sacudió las tranquilas tierras del Táchira. Muchas de las grandes haciendas cafeteras, motor de la economía venezolana, fueron paradójicamente, devastadas por el movimiento telúrico. También fue el caso de una  hacienda llamada la Alquitrana, perteneciente a un terrateniente llamado Manuel Antonio Pulido, quién vio brota petróleo de la tierra del piso del patio de secado del café, que se había abierto consecuencia de la gran sacudida. A raíz de este hecho Pulido abandona el cultivo del café, y junto a un grupo de socios forma la primera empresa petrolera venezolana que se dedicó a explotar industrialmente al petróleo. A esa empresa la llamaron Petrolia.  Más tarde se construyó la primera refinería la cual se producía mensualmente 60 galones de gasolina, 165 de querosén, 150 de gas-oil y 220 de residuos. En 1880 los vecinos de Rubio y de San Cristóbal, animados por la novedad, acuden a la instalación de aquellos extraños equipos de perforación que habían viajado por barco, barcazas y mulas desde Nueva York hasta La Alquitrana. Pero no fue sino 3 años más tarde cuando a sesenta metros de profundidad, el llamado pozo Eureka empezó a producir 230 litros diarios de un petróleo algo verdoso que sería refinado en un pequeño alambique para producir querosén y proveer de esta fuente de iluminación a Rubio y San Cristóbal. Esto da el inicio de explotación petrolera en Venezuela.

ENTRE COMPADRES

A principios del siglo XX, había llegado al poder un Tachirense llamado Cipriano Castro, conocido con el mote del cabito. Castro aprobó un nuevo Código de Minas para la Nación el 23 de enero de 1904, estableciendo así un principio que marcaría dramáticamente el curso de la industria petrolera hasta su nacionalización en 1976. El presidente de la República obtenía facultad plena para administrar y otorgar concesiones petroleras sin necesidad del consentimiento del Congreso. Durante su gobierno, se llegaron a otorgar cuatro concesiones para explorar, producir y refinar petróleo, las cuales fueron solicitadas con el evidente propósito de ser negociadas con inversionistas extranjeros. En 1908, su compadre Juan Vicente Gómez lo reemplazó como presidente de Venezuela. En los siguientes años, Gómez continuó la política de otorgamiento de concesiones, que en su mayoría fueron adjudicadas a sus amigos más cercanos, a sus “compadres” quienes a su vez las renegociaron con las compañías petroleras extranjeras que poseían la tecnología necesaria para poder desarrollarlas. Había comenzado el desangramiento de nuestra tierra. . El 15 de abril de 1914, el primer campo petrolífero venezolano de importancia, Mene Grande, fue descubierto por la Caribbean Petroleum Company. Este importante descubrimiento es lo que alentó una ola masiva de las compañías petroleras extranjeras para "invadir" Venezuela en un intento por conseguir un pedazo de la torta.

A finales de 1917, las primeras operaciones de refinación se llevaron a cabo en la refinería de San Lorenzo. Después de unos veinte años desde la instalación de la primera perforadora de petróleo, Venezuela se había convertido en el mayor exportador de petróleo del mundo y el segundo mayor productor de petróleo, después de Estados Unidos. En 1922, Juan Vicente Gómez permitió a los estadounidenses escribir la ley petrolera de Venezuela. Gracias a los “compadres” Venezuela no era nuestra.

Para 1929 el petróleo había comenzado a dominar la economía del país. La producción agrícola comenzó a disminuir drásticamente. La agricultura, que representaba alrededor de un tercio de la producción económica en la década de 1920, se vio drásticamente reducida a una décima parte. Este repentino aumento de la producción de petróleo limitó la facultad general de Venezuela para crear y mantener otras industrias. El gobierno hizo caso omiso a graves problemas sociales, incluyendo educación, salud e infraestructura. Comenzaba a vivirse la ilusión del oro negro. Crecía la ciudad y crecían los bolsillos de los “compadres” pero también crecía la pobreza. Los trabajadores venezolanos eran desplazados y maltratados por el explotador extranjero a quienes a su vez, la nueva oligarquía venezolana rendía pleitesía.



TIEMPOS DE MEDINA.

Gómez había muerto y lo sucedió en el poder López Contreras. Para 1941 se convocan elecciones y sale electo Isaías Medina Angarita, un militar tachirense, que con un poquito de sentido de la dignidad y de patriotismo creó una ley de hidrocarburos, lo que permitió un ingreso importante al fisco por concepto de la exportación del petróleo. Pero seguía el oro negro en poder de las compañías extranjeras. 

LA PRIMERA NACIONALIZACIÓN.

Mucho antes de 1976, Venezuela había tomado varias medidas en la dirección de la nacionalización de su industria petrolera. En 1971 la ley de reversión se aprobó que se afirmaba que todos los bienes, instalaciones y equipos pertenecientes a las concesionarias dentro o fuera de las áreas de concesión revertiría a la nación sin compensación a la expiración de la concesión. El movimiento hacia el nacionalismo se vivió una vez más bajo el decreto 832. El Decreto 832 establecía que toda la exploración, producción, refinación, y programas de ventas de las compañías petroleras tenían que ser aprobados previamente por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos. Así que para todos los propósitos prácticos, Venezuela ya estaba en camino a la nacionalización en 1972.

No se hizo oficial sin embargo, hasta la presidencia de Carlos Andrés Pérez, cuyo plan económico, "La Gran Venezuela", pidió la nacionalización de la industria del petróleo y la diversificación de la economía a través de la sustitución de importaciones. El país oficialmente nacionalizó su industria petrolera el 1 de enero de 1976, bajo la gestión ministerial de Valentín Hernández Acosta, y junto con él vino el nacimiento de Petróleos de Venezuela, PDVSA. Villas y castillos se habían prometido. Pero el petróleo no se sembró.


Después de la crisis del petróleo de 1973, el breve período de prosperidad económica de Venezuela fue relativamente de corta duración. Este fue especialmente el caso durante el exceso de petróleo de 1980. Los países miembros de la OPEP no se estaban adhiriendo estrictamente a las cuotas asignadas, y de nuevo se desplomaron los precios del petróleo. Entre 1990 y 1999, la producción industrial de Venezuela se redujo de 50 por ciento a 24 por ciento del producto interno bruto del país en comparación con una disminución de 36 por ciento a 29 por ciento para el resto de América Latina .15 En lo alto de todas estas cuestiones, la eficiencia de PDVSA venía en tela de juicio en los últimos años. De 1976 a 1992, el monto de los ingresos de PDVSA, que se destinó a gastos de la empresa fue en promedio del 30 por ciento dejando un resto de 70 por ciento para el gobierno. De 1993 al 2000, sin embargo, esa distribución fue casi completamente revertido donde el 64 por ciento de los ingresos de PDVSA fueron mantenidos por PDVSA dejando solo un resto de tan sólo el 36 por ciento para el gobierno.

LLEGÓ EL COMANDANTE Y MANDO A PARAR.

El 13 de noviembre de 2001 se habría una nueva esperanza. Bajo la ley habilitante, autorizada por la Asamblea Nacional, el presidente Chávez promulgó la nueva Ley de Hidrocarburos, que entró en vigor en enero de 2002. Entre otras cosas, la nueva ley prevé que toda la producción de petróleo y las actividades de distribución debían ser del dominio del Estado venezolano. Esta ley no fue muy del agrado del conglomerado petrolero internacional que tenía intereses claves en nuestra tierra y Venezuela entro en una espiral de conflictividad política que hasta el día de hoy no ha parado. Mucho dinero ha entrado a las arcas de la nación, pero como la arena entre los dedos, también se ha ido.




EL TIEMPO SIGUE SU CURSO.

Cronos sigue sus pasos constantes hacia un destino infinito. El tiempo seguirá transcurriendo y podemos imaginarnos un mundo apocalíptico. Un mundo con una gran sobrepoblación y nada para alimentar a tanta gente. Los recursos naturales siguen un curso de desaparición. El agua está contaminada y el suelo también junto al aire que respiramos. El monstro del norte sigue devorando insaciable y no parece que vaya a detenerse. Los gobiernos seguirán pasando y seguirán haciendo discursos sobre la siembra del petróleo, y los conflictos en el mundo por causa de este seguirán mientras no se seque el último pozo desde donde emana el excremento del diablo.



BIBLIOGRAFÍA.

Geografía Económica de Venezuela, Isbelia Sequera Tamayo. Editorial Alfa, 1994. 196 p.
Agenda Geográfica de Venezuela, Rosa Figueroa. Editorial Alfa 1995. 93 p.
http://www.venezuelanalysis.com/analysis/74 The Economics, Culture, and Politics of Oil in Venezuela
http://www.eia.doe.gov/emeu/cabs/Venezuela/Oil.htmlVenezuela Energy, Data, and Statistics
http://www.cfr.org/publication/12089/ Venezuela"s Oil-Based Economy
http://www.iht.com/articles/2007/01/09/news/venez.phpVenezuela plans to nationalize two industries
http://www.pdvsa.com/ Petróleos de Venezuela S.A.
http://membres.lycos.fr/cajaeditora/avenezue.html Petróleo en Venezuela
http://money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2006/snapshots/1038.html Fortune Global 500 - PDVSA

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